martes, 27 de noviembre de 2018

Identificación de los Pasajes del Cantar del Mio Cid

Cantar del Mio Cid

Pasajes del Cantar de Mío Cid
Cantar del Destierro
El primero narra el paso del Cid por Burgos, adonde han llegado órdenes del rey Alfonso de no dar asilo ni alimento a Rodrigo (pasaje que inspiró, ya en el XIX, a Manuel Machado para componer su poema "Castilla").
“De grado le albergarían, pero ninguno lo osaba, que a Ruy Díaz de Vivar le tiene el rey mucha saña. La noche pasada a Burgos llevaron una real carta con severas prevenciones y fuertemente sellada mandando que a Mío Cid nadie le diese posada, que si alguno se la da sepa lo que le esperaba: sus haberes perdería, más los ojos de la cara, y además se perdería salvación de cuerpo y alma. Gran dolor tienen en Burgos todas las gentes cristianas de Mío Cid se escondían: no pueden decirle nada.”
El segundo nos narra la emotiva y triste despedida del héroe de su mujer e hijas, a las que deja en el monasterio de San Pedro de Cardeña. "¡Merced os pido, buen Cid, noble barba tan crecida! Aquí ante vos me tenéis, Mío Cid, y a vuestras hijas, de muy poca edad las dos y todavía tan niñas. Conmigo vienen también las damas que nos servían. Bien veo, Campeador, que preparáis vuestra ida; tenemos que separarnos estando los dos en vida. ¡Decidnos lo que hay que hacer, oh Cid, por Santa María!"
Las dos manos inclinaron el de la barba crecida, a sus dos niñitas coge, en sus brazos las subía, al corazón se las llega, de tanto que las quería. Llanto le asoma a los ojos y muy fuerte que suspira. "Es verdad, doña Jimena, esposa honrada y bendita, tanto cariño os tengo como tengo al alma mía.
Tenemos que separarnos, ya los veis, los dos en vida; a vos os toca quedaros, a mí me toca la ida. ¡Quiera Dios y con Él quiera la Santa Virgen María que con estas manos pueda aún casar nuestras hijas y que me puede ventura y algunos días de vida para poderos servir, mujer honrada y bendita!"
Cantar de las Bodas
Se sitúa en el Cantar de las Bodas, con Valencia ya reconquistada, insiste en la grandeza de las victorias de los hombres del Cid... y del botín que con ellas recaudan.
“Mío Cid Campeador hacia la puerta cabalga: cuando se ven asaltados los hombres que la guardaban, mucho miedo que tuvieron, déjanla desamparada. De la ciudad por las puertas ya el Campeador se entraba.
En la mano Mío Cid desnuda lleva la espada y a quince mató, de moros que a su paso se encontrara. A Castejón ha ganado con todo el oro y la plata. Ya cargados del botín sus caballeros llegaban, déjanselo a Mío Cid, que no lo aprecian en nada. Mientras iban los doscientos tres hombres de la vanguardia corriendo tierras sin miedo y mucho las saqueaban.
Hasta Alcalá se pasea la bandera de Minaya y desde allí dan la vuelta otra vez con la ganancia por río Henares arriba y junto a Guadalajara. De la correría aquella mucho botín se llevaban tanto ganado de ovejas, tanto ganado de vacas, tantas ropas de valor, tantas riquezas sin tasa.”
Leeremos el famoso episodio del león, que marca el inicio del rencor de los infantes hacia su suegro y sus hombres.
"Infanzones y mesnadas, condes, oíd con atención el ruego que voy a hacer a Mío Cid Campeador, que sea para su bien ojalá lo quiera Dios.
Vuestras hijas, Cid, os pido, doña Elvira y doña Sol, para que casen con ellas los infantes de Carrión. Me parece el casamiento honroso para los dos, los infantes os las piden y les recomiendo yo.”
"Dios os guarde, yernos míos, los infantes de Carrión, mis hijas en vuestros brazos están, más blancas que el sol. Yo suspiro por batallas y vosotros por Carrión. Quedáos aquí en Valencia, holgad a vuestro sabor,
que de luchar con los moros ya entiendo bastante yo y a derrotarlos me atrevo con merced del Creador."
Cantar de la Afrenta de Corpes
Del Cantar de la Afrenta de Corpes, el pasaje en que los infantes de Carrión maltratan brutalmente a Doña Elvira y Doña Sol.
“Las damas mucho rogaron, más de nada les sirvió; empezaron a azotarlas los infantes de Carrión, con las cinchas corredizas les pegan sin compasión, hiérenlas con las espuelas donde sientan más dolor,  y les rasgan las camisas y las carnes a las dos, sobre las telas de seda limpia la sangre asomó. Las hijas del Cid lo sienten en lo hondo del corazón. ¡Oh, qué ventura tan grande si quisiera el Creador que asomase por allí Mío Cid Campeador! Desfallecidas se quedan, tan fuertes los golpes son, los briales y camisas mucha sangre los cubrió. Bien se hartaron de pegar los infantes de Carrión, esforzándose por ver quién les pegaba mejor. Ya no podían hablar doña Elvira y doña Sol.”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Paráfrasis "El dador de Vida"

Paráfrasis del Poema “Al Dador de Vida” de Nezahualcóyotl Desde mi punto de vista este poema engloba el tema de la creencia en un dios...

Reflexión